La certeza parte de una ficción, es en mí. Memoria
Quedé envuelto, en dos versos, primeras lecturas
Que podrían pertenecer a Edgard Lee Masters:
"Todos amaban a Chik Lorimer
en aquella ciudad remota", en los tiempos de este escrito,
Los libros, los periódicos, narraban las historias como fábulas
Y los poemas como historia, biografía, se deslizaban por
Toda identidad y geografía. Aunque ya no es fácil
Encontrar en los poemas los datos y circunstancias
De un acontecer, hace pocos días, una mujer secuestrada,
Sufrió dos desfasajes en su vida, un cambio de hábitat,
Y privación de la libertad. La televisión, a la que muchos señalan
Como lugar de la adormidera y también las noticias como premios Guinness,
Mostró su hábitat habitual, su lugar de trabajo, y a posterior
El lugar donde había sido lugar de sus desfasajes sufridos.
El encanto de la libertad recobrada, fue para ella la terminación
De un drama, en el caso de la libertad, no es ya un problema.
En el caso del hábitat sí. Esa casa que habitó, es muy pobre,
Para ella un lugar siniestro. Para los moradores del barrio,
Además de ser habitual. No denota ninguna tragedia, incluso
Muchos que expresaron su fe, en su libertad, viven en casa parecidas.
Para los habitantes de esos barrios, y esta es una lengua
Que pasa desapercibida, sino se piensa en McLuhan, este saber eléctrico,
Terminará desplazando la literatura. Los seres emparentado con la tragedia,
Con las dos tragedias. Se expresaban con carteles, franjas de genero,
Que como en el caso de Chik Lorimer. Para enterarse debía ser narrado,
Escrito. Ahora fue visto y trasladado como imagen hasta el lugar
Donde vivía Chik. Muchos lamentos cuando Chik se fue. Felicidades
En el abandono de esa casa siniestra y de un barrio sin la misma identidad
Pero muy pobre cuando la persona mencionada recobró su libertad.
Queda ahora la ficción como certeza, esa mujer liberada no viviría
De ninguna forma en ese lugar, los demás los que rezaron por ella
Sí les gustaría vivir en ese lugar, también gráfico, el lugar donde ella
Gozará de su libertad. Los otros, volverán también a sus costumbres
Y tendrán presente que en ese lugar ficcional para ellos en un momento,
Fue un lugar parenteral. Ahora volvemos a la normalidad y cada cual
Vivirá en su hábitat natural. La ficción una vez más es una ilusión.
Recemos y todas las propiedades bellas que nadie cuestiona por
Un momento será propiedad del universo, como Chik Lorimer
Que en sus amoríos alguna vez no pudo vivir libre porque era negra y prostituta.
Pero todos la amaban, eso sí , en una ciudad remota.